Cha, pajalsta? Da, spasiva!

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La verdad es que hoy no es mi día.
He empezado mal; me he caído en la calle. Cuando te caes, todos te miran con cara rara. Sin exclamarme ni nada me he levantado y he seguido mi camino. He de decir que la lagrimilla me ha estado a punto de asomar a los ojos alucinados. Pero estaban demasiado alucinados. El chaval con el que me he tropezado (que iba en bici), también ha alucinado. Estábamos tan alucinados que ni hemos hablado. Como autómatas, hemos seguido andando/pedaleando.
Así que tengo dos morados.

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En japo, todo bien. Pero una irresistible tristeza me perseguía, y sigue. He tomado algo con las gakusei, y luego he quedado.

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La conversación que he tenido con ella, sólo me ha dejado un sabor amargo de paternalismo. Odio que me digan qué tengo que hacer, o que me lo insinúen siquiera. Odio hablar de curro, de vivienda y de dinero. No sé. Soy sincera... lo detesto.

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Luego me he ido a hacer fotos y he sido weird una vez más. Hacía yo una foto del puerto y unos turistas me hablan. El señor, de unos 50, diciéndome: ven a sentarte, anda (en algún idioma eslavo). Yo: no, si sólo quiero tomar una foto (en inglés muy currao). Él: ah pues yo te tomo una foto. Jarl. Vale. Me hace una foto. 5 minutos de charla ociosa con el señor de whereverland. Luego, nos despedimos. You´re lovely! me dice. Lo único realmente tierno del día.

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Después, al curro. Aquí estoy ahora.

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Luego...

Debo llamar a ciertos sitios donde se suponía que me daban trabajo. Falso, falso, falso. Debo ir a Casa Asia a reclamar mi money money. Debo, debo, debo.

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Las voces paternalistas son un coñazo, pero tienen razón. Estoy bastante asustada.


¿Mañana encontraré algo positivo en todo este asunto? Esperemos...

Me duele el moflete. Me duele la rodilla. Tengo ganas de dormir. De soñar...

A cup of tea, please!
Kotcha o kudasai!