miércoles, enero 19, 2005

Jack Vance

Como hoy me han embrutecido el blog, lo dedico enteramente a Jack Vance. No se me ocurre mejor manera de exorcizarlo. O como se diga. ¡Quita quita bicho!

Breve sinopsis sobre mi larga y fructífera relación con Vance:

1992 leo mi primera novela de Vance. ¿Razón? No un pronto despertar a la ci-fi de alta categoría, no. No una mente inquieta o perturbada. Nada de tan romántico. Simplemente, a mi padre le gustaba y me lo repitió tanto, que sentí curiosidad. Aparqué Tolkien momentaneamente (y a Proust, Dovstoievsky y demás, eh? ¿qué os pensabais? jajaja) e inicié ese romance que aún no ha terminado.
Vance es fiel, es entretenido, es seductor e interesante. Me pregunto qué más puedo pedir a un hombre al que nunca conoceré. Bueno.

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Fragmentos de la obra de Vance, 1:
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"Trajo un pote de loza y dieciséis discos de marfil.

-Cada cual pondrá su signo en uno de esos discos y lo meterá en el pote, así. –Ildefonse señaló uno de los discos con su marca y lo dejó caer al interior del pote-. Cuando todos hayamos hecho esto, llamaré a una sirvienta, que extraerá un solo disco.
-¡Un momento! -exclamó Byzant-. Capto perversidad; camina cerca de nosotros.
Ildefonse lanzó al sensible Necropo una mirada de fría interrogación.
-¿A qué perversidad te refieres?
-Detecto una contradicción, una discordia; algo extraño camina entre nosotros; es alguien que no debería estar aquí.
-¡Alguien se mueve sin ser visto! –exclamó Mune el Mago-. ¡Ildefonse, guarda las piedras!
Ildefonse miró hacia uno y otro lado en el penumbroso salón. Hizo un signo secreto y señaló hacia uno de los rincones:
-¡Fantasma! ¿Estás ahí?
-Estoy aquí –dijo un suave suspiro triste.
-Responde: ¿quién anda entre nosotros?
-Remolinos estancados del pasado. Veo rostros: menos que fantasmas, fantasmas de fantasmas muertos... Resplandecen débilmente, miran y se van.
-¿Hay cosas vivas?
-No sangre circulando, no carne pulsante, no corazones latiendo.
-Observa y vigila. –Ildefonse se volvió a Byzant el Necropo.- ¿Ahora qué?
-Capto un extraño sabor.
Byzant hablaba suavemente para expresar la exquisita delicadeza de sus conceptos.
-Entre todos los reunidos aquí, yo soy el único bastante sensible a la sutileza de las piedras IOUN. Deberían ser dejadas a mi custodia.
-¡Que prosiga la suerte! –exclamó Hurtiancz.- El plan de Byzant nunca tendrá éxito.
-¡Cuidado! –advirtió Byzant. Con una tenebrosa mirada hacia Hurtiancz, retrocedió a la parte de atrás del grupo."

Morreion, de "Rhialto el Prodigioso"


Sol moribundo

"¿Cuál será el destino del sol? Una vez haya abandonado la secuencia principal, se convertirá en una estrella gigante roja con una fotosfera que alcanzará la órbita de Mercurio y quizá la de la Tierra; luego se convertirá en una enana blanca. No se sabe si también pasará por estadios de gran inestabilidad, con expulsiones de masa o explosiones tipo nova o supernova. Al final reducirá sus dimensiones a las de un planeta y se limitará a brillar débilmente, enfriándose durante miles de millones de años."

De la "Enciclopedia Salvat de las Ciencias", 11º Volumen

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Fragmentos de la obra de Vance, 2:
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"Atardecía. Cugel se dirigió a proa y se detuvo debajo de la linterna, como Drofo acostumbraba a hacer. Este anochecer el cielo occidental era espectacular, con una larga hilera de cirros cubriendo de jirones escarlatas el cielo azul oscuro. En el horizonte, el sol vacilaba y se demoraba, como reluctante de abandonar el mundo de la luz diurna. Una fea corona verdeazulada adornaba el borde del globo: un fenómeno que Cugel no había observado nunca antes. Una herida purpúrea en la superficie del sol parecía pulsar, como el orificio de un pólipo: ¿un portento?..."

El Océano de los Suspiros, de "La saga de Cugel"



"No mucho más tarde, mientras la balsa flotaba plácidamente a lo largo del río, el sol lanzó una alarmante pulsación. Una fina capa purpúrea se formó en su superfície, como empañándola, luego se disolvió. Algunos de los peregrinos corrieron de un lado para otro, alarmados, exclamando:
-¡El sol se vuelve oscuro! ¡Preparaos para el helor!
Garstang, sin embargo, alzó tranquilizadoramente las manos.
-¡Calma a todos! ¡El estremecimiento ha pasado, el sol sigue como antes!
-¡Pensad! -remachó Subucule con gran vehemencia-. ¿Permitiría Gilfig este cataclismo, mientras viajamos para adorar al Obelisco Negro?
El grupo se tranquilizó, aunque cada cual tenía su interpretación personal del suceso. Vitz, el discursor, vio una analogía con el empañamiento de la visión, que puede ser curado parpadeando intensamente. Voynod declaró:
-¡Si todo va bien en Erze Damath, tengo intención de dedicar los próximos cuatro años de mi vida a planear una forma de devolverle el vigor al sol!
Lodermulch se limitó a hacer una declaración ofensiva referente a que por lo que a él se refería el sol podía volverse oscuro, y que los peregrinos podían seguir a tientas su camino a los Ritos Lustrales.
Pero el sol siguió brillando como antes. La balsa siguió flotando en el gran Scamander, cuyas orillas eran ahora tan bajas y desprovistas de vegetación que parecían dos distantes líneas oscuras. Pasó el día y el sol pareció ocultarse en el mismo río, proyectando un gran resplandor amarronado y oscureciéndose por momentos a medida que se ocultaba tras el horizonte."

Los peregrinos, 2: La balsa en el río, de "Los ojos del sobremundo"


Bueno si alguien ha leído esto, me alegraré por él o ella, porque así ya conoce un pedacito de Vance. Muamua!!